Los elementos de este juego permiten al niño crear pequeños mundos inventados. No hay instrucciones y reglas involucradas. Como cada objeto no está demasiado definido, permite que los niños le den la forma que cada uno necesita para poder generar su propia propuesta. Las monedas pueden ser caminos o piedras, los conos pueden convertirse en árboles, las figuras de madera pueden transformarse en seres mágicos o personas reales…